Expandiendo la onda

Espacios de diálogo

Expandiendo la onda

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En este espacio promovemos el diálogo sobre los valores que compartimos como seres humanos
en nuestros diversos entornos, con el fin de acordar una ética civil donde el bien común
y las buenas prácticas sean el principio de actuación.

Marta Elena Villegas López

Aliado gestor – Alianza Colombia Ética

Ante las diferentes crisis que nos agobian a escala global y nacional, el año anterior un grupo de amigos, que representábamos instituciones que promovían un mayor estado de conciencia humana y su contribución al desarrollo social y planetario, nos dimos a la tarea de impulsar la iniciativa “Alianza Colombia Ética”, cuyo propósito es el de promover el diálogo sobre los valores que compartimos como seres humanos en nuestros diversos entornos, con el fin de acordar una ética civil donde  el bien común y las buenas prácticas sean el principio de actuación.

Nuestra propuesta afirma que el diálogo comienza con nosotros mismos, en nuestro interior, y éste a su vez se va expandiendo a nuestros círculos más cercanos como familia, colaboradores, colegas, otros empresarios, clientes, funcionarios públicos, comunidades y vecinos. El diálogo se centra en conocer cuáles son los valores que queremos vivir, como los entendemos, y en qué medida esos valores favorecen el bien común. Es así como vamos acordando en forma colectiva ⎯en nuestras familias, empresas, comunidades, ciudades, etc. ⎯  aquellos valores que queremos vivir, no solo porque favorecen el bien común, sino porque, en últimas, esos valores rescatan nuestra humanidad, nos hacen más humanos¹.

El diálogo se centra en conocer cuáles son los valores que queremos vivir, como los entendemos, y en qué medida esos valores favorecen el bien común.

Esta iniciativa hasta ahora cuenta con el apoyo y participación de más de 500 líderes nacionales, regionales y organizacionales, los que inicialmente se concentran en las ciudades de Bogotá, Medellín y Barranquilla, quienes a su vez  están comprometidos en “expandir la onda” a mínimo 10 personas, lo que genera un impacto en más de 5.000 personas hasta ahora. 

Hoy, a raíz del Covid-19, y que uno de sus efectos inmediatos ha sido el de “detenernos”, “confinarnos”, podría decirse que entre tanto sufrimiento, soledad, incertidumbre, ha sido entre otras, la oportunidad no solo para que nuestro planeta “descanse y se reponga”, sino también, para reencontrarnos con nosotros mismos y con nuestros seres queridos (física y virtualmente). En este confinamiento global y nacional hemos podido apreciar acciones y valores por parte de nosotros mismos o de nuestros congéneres que muchas veces creíamos inexistentes, extinguidos o en desuso.  También hemos visto por los múltiples mensajes que recibimos a través de las redes sociales, como esta “nueva crisis” ha sacado lo mejor de muchos de nosotros y por ello esta es una invitación, como lo indica el título de esta nota, que hagamos “pública o explícita” nuestra reflexión a través del diálogo sobre los valores que nos hacen más humanos y que redundan en el bien común. 

Con esta motivación, quiero iniciar este diálogo con el mensaje de la imagen que la acompaña. Iniciativa comunitaria que se vive en cualquier barrio de nuestras ciudades o municipios y cuyo cartel anuncia: “YO cuento contigo, TU cuentas conmigo. Si necesitas TOMA. Si te sobra DONA”.  Este mensaje a mí personalmente me llegó al alma y me recordó la importancia de la solidaridad y de la confianza para construir relaciones sanas, de apoyo, de no sentirse solo y saber que hay otros a los que tú les importas y que a su vez a ti también te importan los otros, su situación y su bienestar. Estos dos valores: la solidaridad y la confianza nos ayudan a tener un tejido social vigoroso, unas relaciones familiares, comunitarias y organizacionales sanas, constructivas, cooperativas, donde el bien común de todos es el gran faro que las ilumina. En nuestro quehacer, ¿qué escala puede tener el mensaje “YO cuento contigo, TU cuentas conmigo. Si necesitas TOMA. Si te sobra DONA”? 

Pienso que con nuestra reflexión y la de los que nos rodean, nuestro diálogo podrá comenzar  para hacer que nuestras mentes se abran a la creatividad y podamos lograr que cada vez más ciudadanos de nuestro país tengan mejores condiciones de vida y acceso a más oportunidades de salud, educación, vivienda, cultura, participación y recreación.  Un país donde el “sálvese quien pueda” ya no va más, porque la solidaridad y la confianza hacen parte de nuestros valores, de nuestro actuar en nuestras familias, comunidades, empresas, administraciones públicas, en nuestras ciudades y campos. En nuestra Colombia!! El diálogo continúa.

¹Para mayor referencia ver: Villegas L., M.E. (2008). Impacto de onda: organizaciones con cultura ética, uno de los mundos posibles. Dos puntos editores.

La invitación es  a que hagamos “pública o explícita” nuestra reflexión a través del diálogo sobre los valores que nos hacen más humanos y que redundan en el bien común.

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15 Replies to “

Expandiendo la onda

  1. Alberto Mario Forero dice:

    ¨EL DEPORTE ES DESARROLLO SOCIAL¨, y por tal motivo es un medio de Transporte para una Sociedad Sana, Disciplinada y Educada.

    Debería ser política de Estado y de las personas Jurídicas y Naturales, invertir la mayor cantidad de recursos en el Deporte como escenarios deportivos, parques, deportistas, entrenadores, deportologos, etc., porque por medio del deporte se puede Educar a toda la sociedad en Principios acompañados de Valores Éticos y Morales, para convertirlos en personas Honestas e Integras.

    Con el Deporte, se combate la Drogadiccion y Delincuencia en la Sociedad, (niños, adolescente) y ademas los indices de asistencia a los Centros de Salud disminuyen porque las personas de cualquier edad que practican una actividad física, pocas veces se enferman. Alrededor del Deporte, también se generan muchas fuentes de Trabajo.

    Llevo 47 años vinculado al deporte, primero como deportista del alto rendimiento, segundo como entrenador de selecciones departamentales, tercero como empresario en la consecución de recursos y hasta el año pasado como presidente de la Liga de Hockey y Patinaje del Atlántico.

    He adquirido los conocimientos y experiencias personales, para afirmar que todo lo expuesto en los epítetos anteriores, es la mejor manera de Educar a una Sociedad.

  2. Alba Benítez dice:

    Actuar con honestidad, es la fórmula para ser felices y transformar el mundo en un mejor lugar.

    • Gloria Ines dice:

      Asimilar el valor que tiene el Bien, nos llevará a actuar siempre en libertad, y podremos ser promotores de una honda que nunca acabe y que nos haga mejores y más generosos.

  3. Valentina dice:

    Saludar a todos con quienes me cruzo, sonreír y dar lo mejor de mi para seguir construyendo una sociedad justa y que se preocupe por el bienestar de todos es mi aporte.

  4. Sebastián Uricoechea dice:

    Mi buena práctica ética es brindarle a mis empleados un ambiente laboral tranquilo, respetuoso y amable. De igual forma ponerme siempre en el lugar de otro antes de juzgar o emitir un juicio, puesto que de esta forma estaríamos logrando ambientes más humanos en nuestros lugares de trabajo y entorno.

    • Olga Ruth Caro dice:

      “Ponerse en los zapatos del otro” es la base de una convivencia sostenible. El egoísmo, la soberbia y la mezquindad, hacen de la sociedad un terreno árido, donde no hay espacio para los valores reales que dan sentido al “Ser”.

  5. Mi práctica ética diaria empieza cuando me levanto de la cama hasta el momento que me acuesto a dormir, empezar un día saludando a los que me rodean, desde mi familia hasta las personas que encuentro camino al trabajo (el vigilante del conjunto, las personas del aseo, el conductor del transporte público).

    Una buena práctica ética en mi lugar de trabajo consiste en, realizar mis actividades de manera honesta y puntual, ayudar a mis colaboradores de trabajo en lo que esté a mi alcance.

    Las prácticas éticas empiezan desde un buen pensamiento hasta el desarrollo de una buena acción.

  6. Andrea Medina dice:

    En este tiempo lo único que puedo hacer es ayudar a los más cercanos, pagarle a la señora que me ayuda con el aseo, aportar con mercados a los más necesitados, cuidarme y cuidar a mi familia.

    • Marta Elena Villegas L. dice:

      Gracias Andrea! Segura que tu ayuda significa mucho para otros y eso no solo nos hace mejores personas sino también construye una Colombia Solidaria.

  7. Julia Galofre Cano dice:

    El «parón» obligatorio que estamos viviendo es una oportunidad única para reflexionar y cambiar el rumbo que veníamos teniendo : tantas carreras alocadas que nos llevaban a descuidar lo importante por atender a lo urgente, el consumismo irresponsable al hacer gastos superfluos cuando tantas personas no cuentan con lo mínimo para vivir, el abuso de la naturaleza hasta el punto de destruirla, etc.
    Ahora que estamos todos en una barca bajo las tormenta es cuando más necesitamos todos de todos, cuando debemos dejar la prepotencia, mirar al cielo y pedir humildemente misericordia.
    Al finalizar la tormenta habremos aprendido lo esencial : a tener más en cuenta a Dios, a ser solidarios y a vivir en armonía.
    Así el parón habrá cumplido su cometido

  8. Estella M. dice:

    Súper bueno.
    Ojalá esta circunstancia sí marque efectivamente una diferencia y podamos tener un pensamiento más colectivo y menos individualista Que en resumen logremos salir de ésta más humanos
    Y que sea un cambio perdurable ..

  9. La irradiación del “Impacto de Onda” debe ser una progresión (no sustitución) de un estadio donde predomina el homo economicus hacia otro dónde aparece con fuerza el homo civicus creándose así una armonización virtuosa entre la autonomía y libertad individual, que caracteriza al primer plano, y el Estado de bienestar, que caracteriza al segundo. Es lo que Paul Collier (“The Future of Capitalism”) llamaría una transición moral fundacional del gene egoísta al gene del estado ético, la empresa ética, la familia ética y al mundo ético.
    El dialogo del Dar y Recibir alcanza su mayor expresión cuanto se entiende no solo como un acto altruista sino como un acto de reciprocidad (intercambio) y redistribución de bienestar (justicia distributiva) en la búsqueda del bien común, enfoque que lo tomo prestado de Octavio Groppa (¿“En qué sentido puede ser la reciprocidad una categoría económica?).
    Toda esta discusión ciertamente nos debe llevar a una reflexión profunda sobre la sociedad post-coronavirus, infección que se recordará como el más poderoso vector de cambio global en lo que lleva corrido el siglo xxi.

  10. GLORIA SERRANO dice:

    El Coronavirus nos cambió las agendas a todos. Con la llegada abrupta de una situación para la cual nadie estaba preparado, nos encerramos en casa tratando de ver la oportunidad en esta contingencia, pero lo cierto es que, queramoslo o no, nos hemos visto obligados a someter a revisión nuestras prioridades y principios, para terminar aceptando que nuestras principales preocupaciones no valian tanto la pena, y que valores como la solidaridad, el bien común y la equidad sí que son fundamentales si queremos un futuro sostenible en el no muy lejano plazo.
    Muchos no podremos producir a nivel laboral al ritmo que veníamos haciendolo, pero todos podremos incrementar en esta época nuestra «»producción interior», aquella que en últimas hace la gran diferencia: La reflexión, el estudio, el conocimiento personal, la toma de decisiones ponderadas, que serán la piedrita que comience ese impacto de onda.
    Felicitaciones nuevamente a Alianza Colombia Ética por sus valiosos aportes. Que nuestra actitud personal sea en este momento la de DONAR desinteresadamente , no solo en lo material, sino también nuestro tiempo, conocimientos y compañía a aquellos que lo necesitan.

    • Amelia Pretelt dice:

      Muchas gracias Gloria.

      Sí, cuando pase la pandemia, porque pasará, no habrá que salir a reconstruir ciudades y poblaciones destruidas por el poder de unas bombas como sucede en una guerra armada… la reconstrucción necesaria se debe dar al interior de nosotros mismos y para ello no tenemos que esperar a que pase la pandemia, podemos empezar ¡ya! como bien lo sugieres.

  11. Leonor Tamayo Medina dice:

    Como nos insiste el Papa Francisco, no es tiempo para el egoísmo sino para la solidaridad, la responsabilidad social y la sesnsibilidad ante las necesidades de los demás .
    El confinamiento nos ha enseñado que se puede dejar de gastar en diversiones que fomentan el consumismo, y que no nos aportan nada a nuestro enriquecimiento personal. Hemos descubierto la convivencia en familia y la capacidad de cada uno para aportar en esa convivencia,
    que con creatividad ha resultado muy amable.
    Los ahorros en diversiones, gimnasio, gasolina, cine, espectáculos, pueden ser nuestro aporte en la responsabilidad social y nuestra contribución a la solidaridad que reclama la crisis actual.

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